ROCAS EN EL CAMINO

En el País de las Oportunidades, vivía una joven doncella que sería desposada con el caballero que consiguiera vencer al dragón. El 23 de abril era el único día en el que se le podía avistar, y es entonces cuando se convocaba a los valientes pretendientes para luchar en la batalla y conquistar el amor de la bella damisela.

Etelredo, ansiaba el momento de derrotar al dragón y casarse con Kairos, para ello necesitaba fortalecer su cuerpo, agilizar sus movimientos y aventurarse a cruzar el inestable puente y único vínculo que unía su tierra con la de la princesa.

Cada noche se dormía pensando en todo lo que haría al día siguiente para prepararse, pero cuando despertaba, se sentía tan, tan cansado, que apenas podía levantarse.

Al oscurecer, Ululú el Búho miraba atentamente lo que acontecía a su alrededor, y veía asombrado a un hombre arrastrar con gran esfuerzo una roca de gigantes dimensiones hasta el principio del puente.

Noche tras noche, se repetía la misma historia, de manera que el cúmulo de rocas parecía un muro inquebrantable que impedía totalmente el paso.

Llegado el gran día, Etelredo se dirigió emocionado a ganar la batalla, pero cuando tuvo que cruzar el puente se encontró estupefacto el panorama.

¿Quién ha sido el estúpido que ha puesto estas rocas en mitad del camino?. – grito indignado. Es imposible cruzar por aquí.

¡El estúpido has sido tú! – contestó Ululú.

¿Quién yo? – respondió indignado el caballero. ¿Por qué extraño motivo querría yo impedirme el paso a conseguir lo que deseo?.

Buena pregunta, pero la respuesta sólo la sabes tú.- dijo el búho mientras echo a volar.

Las rocas de la historia simbolizan los límites que nosotros nos ponemos, normalmente sin ser conscientes de ello, para no llevar a cabo ciertas actuaciones que nos llevarían a sitios desconocidos y en los cuales tendríamos que afrontar nuevas situaciones. Si el caballero hubiera llegado al País de las Oportunidades, tendría que haber luchado contra el dragón pudiendo perecer en batalla, o fracasar en su lucha ante los ojos de la multitud, y con suerte habría vencido y desposado a la dama, siendo todo novedoso para él, responsabilidades ante el pueblo, diferente hogar, mujer y descendencia.

Esas rocas aunque nos limitan, las ponemos por una razón, tienen a su vez una función de autoprotección, por lo que no consiste en derribarlas sin más, sino primero ver que existen, descubrir el motivo por el cual las hemos colocado y si aún son necesarias, y entonces ya seremos más autónomos para decidir si queremos que sigan estando o si por el contrario las queremos quitar.

Reflexiona en cuantas rocas te pones en tu camino, que función tienen para ti, de que te limitan, de que te protegen y que quieres hacer con ellas.