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MECANISMOS DE DEFENSA.

 

Los mecanismos de defensa son para la gestalt estrategias cognitivas, emocionales y conductuales que mantienen a la persona inconsciente; nos sirven para no darnos cuenta; para evadirnos de partes de nuestra experiencia con las que evitamos entrar en contacto.

Introyección

Es una dificultad de retirada en el sentido de discriminación o asimilación propias. El individuo se traga todas las normas, patrones, actitudes, modos de pensar y actuar que no son suyos. El niño se traga las normas sin hacer una elaboración propia, sin poder desarrollar criterios propios.


Las personalidades que abusan de la introyección están cargadas de "deberías" y "tengos que". Las normas quedan en el ideal. La persona siempre trata de ajustarse a los “debes” y “tienes”. Estos han quedado introyectadas a través de los premio. Las prohibiciones a través de los castigos. También se introyectan mandatos de logro muy ambiciosos (ej: “por ser quien soy, merezco estar ahí”)

Retroflexión

El individuo se hace a si mismo lo que les haría a los otros. Por ejemplo, dirigir los sentimientos negativo-agresivos hacia uno mismo. Racionaliza sus impulsos y los vuelve contra si.


Juez interior que autocensura, autodescalificación, autorreproche.


Los POLSTER distinguen dos modalidades:


a) Se hace a si mismo lo que le gustaría hacer a otros


b) Se hace a si mismo lo que le gustaría que otros le hicieran. (Esta modalidad es menos dañina. Ocurre cuando la persona no pide)
Las personalidades que utilizan mucho la retroflexión no tienen valoración interna. Hagan lo que hagan nunca es suficiente. Se comparan con los otros y siempre salen perdiendo, siempre les parece que los otros tienen mas o son mejores. Vive con un sentimiento carencial, de falta, permanente. Normalmente el retroflector se aisla porque así se compara menos y sufre menos.

Proyección

Es el mecanismo inverso a la introyección. Las personas, al proyectar, expulsan, escupen o proyectan fuera de si sentimientos, deseos o actos que no pueden reconocer como propios.


La proyección es la operación a través de la cual la persona rechaza aspectos de si misma que no puede tolerar y los pone en el otro. Esto le da una identidad a la persona, por ejemplo: de “buena”; como no teniendo el impulso de agresión.


En la proyección hay siempre en juego dos identidades.
Es el mecanismo básico de las personalidades paranóides.
Nos desposeemos y renunciamos a aquellos aspectos de nuestra personalidad que encontramos difíciles, ofensivos o poco atractivos.


La consecuencia es que como me desconecto de mi tampoco puede darse un contacto real con el otro (porque me creo que lo que yo veo en el otro, que no es sino aspectos míos negados, es realmente el otro).
A menudo el proyector evita contacto con aquellas personas o situaciones depositarias de sus proyecciones.
 (ej: creencia de que “ el otro me mira mal “ y en consecuencia no quiero estar con esta persona)

Confluencia

Consiste en la ausencia de la necesaria diferenciación entre las necesidades propias y las ajenas. Es el contacto patológico con el otro. No puede haber buen contacto ni consigo mismo ni con el otro.  
Las personas confluyentes mantienen irrealísticamente una fusión con el otro, un exceso de contacto, un quedarse pegado. Promueven la "identificación masiva", la formación de alianzas del tipo "somos uno". Este mecanismo sirve para evitar la soledad y el aislamiento. Las personas confluyes obtienen su identidad  a través del otro o del grupo (ej: “estoy en pareja, luego existo”).

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